¡Buenos
días! He estado algo perdida, pero vuelvo con una receta rica rica y fácil
fácil para hacerme perdonar. Se trata de una lasagna con radicchi e salsiccia,
o lo que es lo mismo, lasaña de col lombarda y salsicha. Un plato muy gustoso y
cuyos ingredientes se esposan de maravilla. ¡Empecemos!
Ingredientes para 6
- 600gr de col lombarda
(mejor si es dulce)
- 400gr de salchicha fresca
- 500gr de pasta fresca
para lasaña
- 1 cebolla
- 1 hoja de laurel
- Un vaso de vino tinto
- Aceite de oliva
- Sal
- 500gr de bechamel
- 100gr de queso parmesano
- 3 cucharadas de pan
rallado
El
primer paso es hacer la bechamel. Queda mucho más rico si es casera y además es
muy simple. Tened solo cuidado de no tener el fuego muy algo cuando cozáis la
mantequilla y la harina.
Por
cierto, Arguiñano sustituye la mantequilla por aceite de oliva, y la verdad es
que queda muy rica también.
Lavamos
muy bien la col con agua y la cortamos en tiras muy finitas.
A
continuación cortamos la cebolla también en tiras finas y la pochamos en la
sartén con poco de aceite de oliva y la hoja de laurel.
Añadimos
la salchicha, a la cual previamente le habremos quitado la piel y la habremos
“desmigado”.
Dejad
pasar 3-4 minutos y añadid la col. Añadid también un poco de sal y pimienta si
lo consideráis necesario (depende el tipo de salchicha).
Es el
momento de darlo el toque maestro con el vino tinto. Así que añadidlo y dejar
cocer durante 10-15 minutos.
Hecho
todo lo anterior y cuando nuestra mezcla esté ya fría, podemos empezar a montar
la lasaña. Para quien se atreva, más abajo os dejo la receta de la masa
también. Si vais más justos de tiempo, la podéis comprar ya hecha. Aunque tengo
que decir que no será lo mismo.
Bueno,
para el montaje de la lasaña ponemos una primera capa de bechamel y sobre ella
una de pasta. Encima de la pasta pondremos un poco de nuestra mezcla y
añadiremos un par de cucharadas de bechamel o incluso más si os gusta mucho. Un
poquito de queso parmesano y seguís así hasta la última capa. La podéis hacer
tan alta como queráis, pero en mi opinión tres, máximo cuatro capas de relleno
son suficientes. En nuestra última capa, además del queso parmesano pondremos
un poquito de pan rallado que ayudará a que nos quede una superficie muy
crujiente.
El
tiempo de cocción en el horno dependerá de si habéis hecho la masa vosotros
mismos, en ese caso serán solamente unos minutos para gratinar. O si la habéis comprado ya preparada, entonces
tendréis que leer las instrucciones en su envase.
Una
vez hecha dejadla reposar 10 minutillos antes de servirla. E ora si, buon
appetito!
**Por
cierto, os dejo la receta de la masa, para los más atrevidos!
Ingredientes:
- 200gr de harina de grano
tierno
- 2 huevos
- Sal
Trabajad
sobre una superficie lisa, grande y sobretodo, limpia.
Cread
una montaña con la harina y en el centro (como si fuera un volcán), añadid los
huevos y una pizca de sal.
Con
un tenedor batid los huevos con cuidados de que no se os desparramen por los
lados.
Incorporad
poco a poco la harina que les rodea, con el fin de ir creando una crema.
Cuando
veáis que empieza a ser un poco más sólida la mezcla empezad a amasar con las
manos hasta que absorba todo el líquido.
Si
notáis la masa demasiado dura, añadid una cucharada de agua templada y seguid
amasando hasta obtener una mezcla totalmente homogénea.
Cubrirla
con film transparente y dejar reposar a temperatura ambiente durante 30-40
minutos.
El
siguiente paso es estirar bien la masa con ayuda de un rodillo. Con paciencia
pasamos el rodillo por encima de nuestra mezcla haciendo presión, hasta que
obtengamos una masa de 1
milímetro de espesor
o menos, en base a nuestro gusto.
Acordaos
de que esta masa nos servirá para hacer cualquier tipo de pasta fresca:
tagliatelle, ravioli, pappardelle…
Para
hacer las tiras para nuestra lasaña cortaremos con un cuchillo bien afilado
láminas de la medida que necesitemos. Yo suelo cortar láminas de unos 10cm de
ancho por 25 de alto, ya me entran en la olla para hervirlas cómodamente y
uniendo varias me cubren toda la superficie de mi recipiente para horno. Así
que vosotros deberéis calcular cuál es la mejor medida para vuestra fuente.
Por
último hervimos las láminas en abundante agua salada (igual que cuando cocemos
cualquier otro tipo de pasta) durante 3-4 minutos, dependiendo de los gruesas
que las hayáis hecho. De todos modos, pensad que aunque os parezcan un poquito
“al dente”, en el horno terminarán de cocerse. Y es mejor que no queden
demasiado blandengues.
Pues
nada, hemos terminado por hoy. Atreveos a hacer vuestra propia pasta, que una
vez que la probéis ¡no la cambiaréis por ninguna otra!
¡Hasta
la próxima!
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